Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Los afrorisaraldenses: aportes a la historia contemporánea (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Mostrar los aportes de la Comunidad
Negra en la construcción de la Nación,
de la Nacionalidad,
especialmente en el ámbito regional.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Analizar las causas que expliquen la invisibilidad de la
Comunidad Negra en la historia del departamento de
Risaralda.

Identificar y analizar, el devenir histórico,
social y cultural de la Comunidad Negra en el departamento de
Risaralda, tomando como base el municipio de Pueblo Rico,
corregimiento de Santa Cecilia, el municipio de La Virginia y el
municipio de Pereira.

Mostrar los aportes brindados por éstas a la
construcción histórica y desarrollo del
Departamento de Risaralda y concretamente de los municipios donde
mayoritariamente está ubicada.

Proporcionar a las organizaciones de
bases afrorisaldenses fuentes que
les permitan rescatar su identidad
histórica, fortalecer y acrecentar sus organizaciones y
con ello alimentar proyectos de
movilización y reivindicación de sus derechos históricos,
sus derechos humanos
e identidad étnica y cultural en el marco de la
región y la Nación.

Justificación

La historia desde la visión acientífica
nacional, departamental y local no registra la presencia de los
afrocolombianos en general y a los afrorisaraldenses en
particular. Parece que no existieran. Pero, ¿por
qué todos los vemos? ¿Por qué están
allí cotidianamente? Los vemos en un lugar y otro, en un
campo y otro laborando todos los días, aportando a la
construcción material y espiritual de la sociedad, pero
si tomamos los textos de historia oficial ¿por qué
no están? Entonces, ¿de dónde vienen?
¿Cómo nos explicamos su presencia? Y cuándo
la historia tradicional se refiere a ellos y a ellas los
estigmatizan, los inferiorizan y los ubican en un pasado colonial
esclavista de manera indigna como sino hubiesen aportado nada a
la sociedad y a la historia, ¿por qué?

Precisamente, partiendo de los planteamientos anteriores
el presente trabajo busca
dilucidar inicialmente, estas importantes preguntas que desde el
punto de vista académico e investigativo aún no han
sido resueltas en su totalidad por los profesionales en la
materia.

Es más, el presente trabajo es una necesidad
urgente en la construcción de una nueva historia que
referencie a las Comunidades Negras existentes en el departamento
de Risaralda y las legitime como parte del ser Risaraldenses por
sus aportes construidos al mismo, obviamente desde una nueva
óptica
histórica.

Desde esta perspectiva, también, se busca
desmontar, desinstalar un discurso
sesgado histórico racista impuesto hace
más de quinientos años que invisibiliza un
componente humano sumamente importante en la historia de la
región y la municipalidad, para negarles justificadamente
sus derechos en la contemporaneidad.

Finalmente con este enfoque, se busca además,
abrir una nueva puerta para la
investigación histórica participativa en la
región en lo que concierne a los afrorisaraldenses, sus
problemáticas y sus organizaciones que les permita
construir en los mismos y en la totalidad de la población, su identidad étnica y
cultural, reafirmando el concepto de la
unidad popular desde la diversidad local, regional y nacional
para acceder a los derechos que le competen con el aporte de la
historia.

Marco
teórico

"La historia que se muestra,
generalmente es falseada, escrita desde la perspectiva de los
gobernantes, pensada para glorificar a la Patria en la figura de
héroes que representan valores
culturales determinados en menosprecio de otros,
pretendiéndose de esta manera lograr la cohesión
nacional con la transmisión de valores
tradicionales.

Es la historia etnocéntrica, los valores de
occidente los que se interiorizan de generación en
generación"

María Teresa Ruiz

Racismo, algo más que discriminación.

DEI, San José de Costa Rica,
1989

Partiendo de la cita de la doctora María Teresa
Ruiz, ésta fue la tarea que se impusieron las
élites dominantes en Colombia para
sepultar la historia de todos los sectores laboriosos de diversos
colores en la
construcción de la Nación, haciendo uso e
instrumento de una ideología dañina que desconoce en
toda su magnitud al otro, el racismo.

Esa mentalidad, la manera de pensar que nos crea la
conciencia de la
supremacía y la dominación de la etnicidad blanca,
del mundo blanco sobre las etnicidades africanas,
Indígenas y Asiáticas que son consideradas
inferiores, subvaloradas y dominadas, fueron excluidas de la
historia nacional y regional.

No se registra en la historia antes del surgimiento del
capitalismo,
la opresión de unos grupos humanos
sobre otros, en función de
su raza y su cultura. Estos
dos elementos no aparecen juntos como de las causas de la
opresión. Es verdad que la opresión étnica
existía en la antigüedad, pero no la racial. Los
griegos y los egipcios llamaron bárbaros a todo
aquél que no hablaba su lengua, o que
no era parte de su cultura. Si bien Aristóteles da los elementos para una
teoría
de la esclavitud por
naturaleza,
ésta no da muestras de ser amparada por la noción
de raza, con la idea de la superioridad de unas sobre otras.
Muchas de las guerras
sangrientas de los pueblos antiguos, parecen haber tenido como
explicación la xenofobia, es
decir, el rechazo, el odio al extranjero, pero la raza no aparece
como causante de estas guerras. Si se considera por otro lado a
los romanos en sus luchas expansionistas, éstos hicieron
esclavos a los vencidos, quienes fueron los extranjeros sin
diferencia de color.

En los inicios del capitalismo, la esclavitud que
había sido una oprobiosa práctica de la
antigüedad, es retomada y puesta en práctica en las
colonias.

La esclavitud, una de las primeras desigualdades entre
los hombres, había de convertirse en la más
vergonzosa de las ideologías: el racismo. El racismo es,
por lo tanto, un fenómeno ideológico
colonial.

La ideología racista bajo explicaciones seudo
científicas y religiosas, afirmará la superioridad
del hombre blanco
y la cultura occidental, modelos de
inteligencia,
virtud y belleza, destinados a dominar y a imponerse sobre todos
los demás pueblos de la
tierra.

En las colonias del "Nuevo Mundo" bajo el dominio de los
conquistadores europeos, indígenas y personas negras,
sometidos a trabajos forzados, serán parte del
ejército de esclavizados que producirán con sudor,
lágrimas y sangre la riqueza
del Viejo Continente.

El conquistador blanco se esforzará por
justificar su agresión contra la población
conquistada, a quienes se les calificará de primitivos e
inferiores por naturaleza. Por esta razón la
agresión y la violencia
será plenamente justificada, puesto que según el
colonizador únicamente mediante la fuerza, es que
se les puede dar a conocer la virtud del trabajo y las buenas
costumbres, así como la fe en el verdadero
Dios.

La apariencia exterior y la cultura del indígena
y de la persona negra
serán estigmatizadas en la historia como inferiores. Estos
conceptos trascenderán la vida colonial, vivirán en
las nacientes repúblicas como Colombia y serán
parte integrante del nuevo sistema
económico, permeando los valores y las relaciones dentro
de los diferentes grupos
sociales.

La ideología liberal acompañará a
los nuevos procesos de
producción, industrialización y
desarrollo. Dentro de estos procesos las Comunidades Negras
tendrán todos los deberes, incluyendo el seguir siendo
mano de obra barata, pero muy pocas posibilidades de una
participación social igualitaria.

El ascenso social les está permitido, siempre y
cuando no sea subvertido el orden social establecido, y subvertir
el orden significa exigir al Estado -quien
dice representarlo- sus derechos y cuestionar las condiciones
injustas de su existencia. En ese orden de ideas, para que no
exista ese nivel de exigencias subversivas, una de las maneras de
evitarlo es deformando su historia, negándoles en la
misma, invisibilizarlas y aislándolas formalmente de la
construcción de la nacionalidad.

Precisamente en la problemática que se abocaron
las élites criollas blancas y mestizas en la
construcción de la nacionalidad e incorporarse al mundo
capitalista moderno después de aniquilar el colonialismo
español,
el problema de la raza creó un enorme debate al
interior de la naciente república que generó
fusilamientos de próceres negros como el General
Píar y el Almirante José Prudencio Padilla, entre
tantos otros, por órdenes de Simón Bolívar al
exigir, éstos, la abolición inmediata de la
esclavitud y espacios dignos dentro de la naciente Nación,
de la población negra. El pavor de la superioridad
numérica, el ascenso militar con apoyo popular y las
exigencias de impronta en la construcción del nuevo
Estado, orientó esta nueva política de
exterminio por un gran hombre como Bolívar a quien nadie
cuestiona su genio
libertario.

La necesidad de parecerse a Europa, en la
preocupación orientada hacia el progreso, las
élites dominantes llegaron al punto de establecer una
política de blanqueamiento poblacional con leyes liberales
de inmigración europea en 1823 para acabar con
la amenaza de la lucha de razas.

Así las cosas, la Comunidad Negra no fue vista
como buen elemento para la construcción de la nueva
Nación en desarrollo y en la elaboración de la
historia nacional. Las élites desarrollaron teorías
racistas para justificar la exclusión y la marginalidad en
todos los niveles y espacios contra los pueblos
afrocolombianos.

Agustín Codazzi, geógrafo, por ejemplo,
afirmó que "la raza negra no es la que está llamada
a hacer progresar el país"; Santiago Pérez de la
misma comisión coreográfica de Codazzi,
anotó "la salvaje estupidez de la raza negra, su
insolencia bozal, su espantosa desidia y su escandaloso
cinismo".

Igualmente José María Samper,
parlamentario del siglo XIX, describió a los pueblos
negros como "brutos, mal hablados, impúdicos, insolentes,
ladrones y cobardes".

Esta saña racista, también se
orientó hacia estrategias de
desaparición de lo negro al interior de la Nación y
de la historia a través de la política del
mestizaje, del proceso
biológico gradual de blanqueamiento como una
solución real. El portaestandarte de esta estrategia fue el
pensador José Eusebio Caro, pensador del Siglo XIX, quien
tenía el sueño de un futuro o anglosajón en
el cual terminara la diversidad de razas porque la blanca
absorberá y destruirá a la indígena, la
negra la amarilla, etc." (Citado en Jaramillo Uribe 1964,
198).

En esta visión no hay más recursos con ella
que la absorción, por medio del cruzamiento generacional y
con una raza superior, la española.

En el siglo XX esta mentalidad racista continúa
sustentándose con mucha fuerza en los sectores de
élites más regresivos. Es el caso concreto de
Laureano Gómez, presidente de la
república entre 1949 y 1953, partidario de Franco. En
1928 hablaba, en materia del progreso de Colombia, en forma
pesimista en dos frentes, el territorial y la raza, según
él, el país estaba mal dotado en ambos. Pues, el
territorio quebrado estaba cruzado por una gran abundancia de
selva tropical, refractaria al desarrollo. Racialmente
tenía una herencia
desalentadora. "Nuestra raza proviene de la mezcla de
españoles, de indios y de negros. Los dos últimos
caudales de herencia son estigmas de completa inferioridad. Es en
lo que hayamos podido heredar del espíritu español
donde debemos buscar las líneas directrices del carácter colombiano contemporáneo".
Veía a los afrocolombianos como infantiles, rudimentarios
e informes,
absortos en la bruma de una eterna ilusión. La otra raza
salvaje, la indígena era bárbara, resignada en la
miseria y la insignificancia.

En esta misma línea, hasta psiquiatras, en 1920,
como en el caso de Miguel Jiménez López sostuvo que
la raza en Colombia estaba en proceso de degeneración
física y
moral por la
presencia negra e indígena. La única
solución fundamental y biológica para él,
era la inmigración blanca que debía ahogar poco a
poco la sangre aborigen y africana.

De esta manera se rechazaba enfáticamente a estos
dos pueblos de la vena en la construcción de la
Nación e historia colombiana, tendían a ser vistos
como elementos que debían ser reemplazados. Luis
López de Mesa, un gran intelectual racista, redondea el
cuadro reafirmando todo lo anteriormente expuesto por sus
antecesores.

Para la década del cincuenta, la mentalidad
aún es más enfermiza porque ya hablan de políticas
eugenésicas, de blanqueamiento total de la Nación.
Orientaban la evasión de las uniones con gente negra e
indígena, pues ellos traen retardo a la uniformidad
racial. Son los planteamientos de Miguel Antonio Arroyave,
Gustavo González Ochoa, entre otros.

Aceptan el mestizaje pero bajo un objetivo
central, destruir a como de lugar la presencia física,
biológica, política e histórica de los
pueblos negros e indígenas que son un estorbo para el
desarrollo y el progreso de la Nación.

Es una herencia de compromiso histórico entre la
originalidad de la identidad latinoamericana y las
ideologías del progreso relacionadas con lo blanco, con un
supuesto discurso democrático de lo mestizo, que oculta la
diferencia, pero que en el fondo está el discurso
jerárquico del blanqueamiento, el cual hace notar la
diferencia racial y cultural, valorando lo blanco y
menospreciando lo negro y lo indígena.

Todo este imaginario mental impregnó
completamente la manera de hacer historia en Colombia, desde las
élites a escala nacional y
regional, incluyendo a aquellos libertarios de izquierda que
asumieron a los afrocolombianos pero desde una historia
economicista y desde una concepción completamente estrecha
de la teoría científica de Marx sobre la
lucha de clases, negando con sus propios rostros, la existencia
de los pueblos negros pero desde otro discurso que jamás
llegaría al corazón de
los pueblos negros e indígenas, caso concreto los
historiadores e intelectuales
de los partidos comunista de corte Estalinistas, los Troskistas,
los Maoístas, entre otros.

En los países de América
Latina y el Caribe, las clases populares han mostrado grandes
problemas para
unificarse en las luchas comunes. Una de las razones es la
presencia de formas complejas de opresión que dificulta la
comprensión de los intereses de los grupos sociales, como
parte de un mismo proyecto. Una de
estas formas de opresión es la étnico-racial, que
ha sido de gran controversia tanto para los sectores
conservadores, como para los sectores progresistas.

Las luchas de los sectores populares más
radicales, han tenido como aspiración mediata la
construcción de una nueva sociedad que establezca las
condiciones materiales
para la satisfacción de las necesidades de todos, bajo un
régimen de libertad que
garantice la participación de todos los sectores sociales.
Esta misma aspiración presenta diferentes matices
según los sectores sociales de donde proviene. Los
campesinos pondrán énfasis en el derecho a la
tierra, junto
con una política agraria que garantice una
producción rentable y un mercado seguro para sus
productos. Los
obreros exigirán una mayor participación en las
decisiones para la producción y una justa política
salarial que les asegure el futuro de sus familias. A estas
demandas deberán sumarse las de las Comunidades
étnicas, quiénes también exigirán
mejores condiciones de trabajo y de vida, pero no será lo
único. Las Comunidades étnicas incorporarán
algo que es central para su existencia como pueblos
diferenciados: el respeto a sus
valores culturales, el derecho a mantener su lengua, las
tradiciones de sus antepasados y todo aquello que es parte de su
identidad cultural. Estas justas demandas han empezado hace
relativamente poco tiempo a ser
consideradas por los sectores populares más conscientes,
como fundamentales en la lucha para la construcción de una
nueva sociedad, en la que no hayan más discriminados, en
la que se respete la multietnicidad.

Los teóricos de izquierda por mucho tiempo
despreciaron, y aún lo hacen, el papel de los grupos
étnicos como elementos importantes dentro de los procesos
sociales de nuestros pueblos. El análisis se limitó a la lucha de
clases. Burguesía y proletariado eran y son las clases
centrales a partir de las cuales se generaban los procesos en los
que se incorporaban necesariamente los demás grupos
sociales. Estos no eran actores independientes de estas dos
clases principales. Pero la historia fue mostrando que estas
comunidades tienen su propia dinámica y que la opresión que
sufren tiene características especiales que no pueden ser
ignoradas. Muchos de los fracasos de los grupos de izquierda en
América
Latina, el Caribe y Colombia en particular, entre los sectores
populares, se debieron al hecho de ignorar las demandas de las
comunidades étnicas, por considerar que éstas,
además de dividir al pueblo, pretendían distraer la
atención de los objetivos
centrales de transformación nacional. Según esta
posición, la opresión étnica
desaparecería al triunfo de las revoluciones sociales que
resolvieran el conflicto
entre la burguesía y el proletariado. Pero las
experiencias han mostrado que aún después de haber
desaparecido las condiciones materiales que generan las
desigualdades, sobreviven formas de discriminación superestructura les, como la
que sufren las mujeres a causa del machismo y las llamadas
minorías (que en algunos países como Colombia y
Brasil, son
mayorías las Comunidades Negras), a causa de sus
orígenes étnicos. Estas formas de
discriminación de alguna manera perpetúan la
opresión y su exclusión de la historia, al igual
que en la nueva sociedad que se aspira bajo la concepción
ya enunciada. Pero no se puede ser sectario en esta
apreciación, hubo quienes aportaron desde la izquierda
revolucionaria, a pesar de ese margen estrecho, la
recuperación de los aportes de los pueblos negros en las
luchas de clases que se gestaron en Colombia a finales del siglo
XIX y durante el siglo XX. El discurso de la teoría de la
lucha de clases y la unidad proletaria jalonó la participación política de la
Comunidad Negra en la creación de los primeros sindicatos,
asociaciones y partidos revolucionarios que constituyeron la base
de la lucha popular revolucionaria en Colombia pero a pesar de
ello, la gran mayoría de la izquierda tradicional, no se
ha despojado de la mentalidad estrecha de hacer historia en
Colombia nacional y regional mente.

Estado del arte
sobre la historia de la Comunidad Negra en el Departamento de
Risaralda

Para ingresar a dilucidar este componente de la historia
de la Comunidad Negra en el Departamento de Risaralda, se hace
necesario hacer un recorrido general para llegar a nuestro caso
en particular.

Se ha de afirmar que durante las primeras décadas
del siglo XX, la investigación sobre la en América
latina, a decir de Peter Wade, tendía a ser
folclórica, versando sobre el evolucionismo de Comte y de
Spencer, agregándole al italiano Lombroso. Historiadores
de este corte fueron Nina Rodríguez en Brasil. En Cuba los
primeros trabajos fueron los de Fernando Ortiz que se
embarcó en estudios sobre la criminalidad afrocubana y
sobre la
organización social negra.

En esta primera etapa de los escritos brasileños
y cubanos la Comunidad Negra fue vista como atrasada, primitiva y
salvaje, buscando frecuentemente supervivencias africanas, y una
tradición de estudios afroamericanos continuó con
esta vena, despojando ampliamente las ideologías
abiertamente racistas que caracterizaban los trabajos de Nina
Rodríguez o de Ortiz. Este fue el trabajo de
Meville Herskovits quien de 1930 en adelante produjo una gran
cantidad de material sobre la cultura negra en las
Américas, Roger Bastides (1971, 1978), Whitten (1974) y
Whitten y Szwed (1970). Hay muchos otros que han investigado la
historia y las culturas negras en sus respectivos países
-Gonzalo Aguirre Beltrán en México,
Miguel Acosta Saignes en Venezuela e
Ildefonso Pereda Valdés en Uruguay.

En la década del cuarenta se desarrolló en
Brasil una tradición más sociológica a
partir de Gilberto Freyre sobre la democracia
racial, para establecer las relaciones de raza en este
País. En la década de los cincuenta, el director de
Ciencias
Sociales de la UNESCO, el brasileño Arthur Ramos,
especialista afrobrasileño, inició una
investigación patrocinada por la UNESCO sobre las
relaciones raciales en el Brasil. Este esfuerzo produjo una gran
cantidad de trabajos investigativos, sin par en América
latina.

En lo que concierne a Colombia, el reto ha girado en
eliminar la invisibilidad de la Comunidad Negra en la palestra
académica. José Rafael Arboleda Llorente (1950,
1952) Y Aquiles Escalante (1954, 1964), ambos alumnos de
Herskovits, establecieron las bases para el estudio de las
Comunidades Negras en Colombia con una orientación
etnohistórica y cultural. Manuel Zapata Olivella ha
producido abundante material sobre las costumbres, canciones,
bailes, mitos,
religión,
arte,
política, sociología e historia y así
sucesivamente sobre la afrocolombianidad. Ha sido una poderosa
influencia para llamar la atención sobre la
población negra del País. Rogelio Velázquez
ha publicado mucha información folclórica e
histórica de la región Pacífica
norteña. Más recientemente Nina de Friedman, Jaime
Arocha, Juan de Dios Mosquera y Peter Wade han producido un flujo
constante de trabajos excelentes y pioneros en el País.
Michel Taussig ha contribuido con algunas obras notables, e
igualmente Norman Whitten ha escrito extensamente sobre el
área cultural de las tierras bajas del Ecuador y de
Colombia.

Últimamente, en el contexto de la nueva Constitución de 1991 y la Ley 70/93,
algunos investigadores de la Universidad
Nacional, de Antioquia, del Valle, del Cauca y la
Tecnológica de Pereira, han emprendido serias investigaciones
en la línea afrocolombiana.

En lo que concierne al estado del arte de la Comunidad
Afrorisaraldense, un equipo investigador conformado por la
Universidad Tecnológica de Pereira, la Gobernación
del Departamento de Risaralda, y el Movimiento
Nacional Afrocolombiano CIMARRÓN, en el marco de la
construcción curricular sobre la transversalidad de la
cultura Afrorisaraldense en los currículos de las instituciones
educativas del Departamento, concluyó:

"La construcción del 'Estado del Arte de la
Cultura Afrorisaraldense en el Departamento de Risaralda', se
toma difícil debido, de una parte, a la precariedad de
estudios especializados, y de otra, a la debilidad conceptual y
metodológica de los mismos. Esto impide la
elaboración de un tejido o trama que a manera de discurso,
de sentido a la temática estudiada".

Aunque el esfuerzo realizado no permite la
generación de nuevos sentidos interpretativos, de los
escritos analizados se deduce, de un lado, que se conserva la
visión de la persona negra colonial, y de otro, la
ausencia de los sujetos étnicos en los acontecimientos
históricos contemporáneos, pues éstos
discurren sólo entre sectores y fuerzas de clase.

La historia reciente de los afrocolombianos y de los
afrorisaraldenses está por escribirse. Ahora bien, si la
historia de la Comunidad Negra en Colombia está sujeta a
la visión colonial, representada a través de la
esclavización, es lógico suponer que las
construcciones simbólicas de representación de la
Comunidad Negra aparezcan como una proyección del pasado
colonial. La lógica
simbólica del racismo colonial, supone entonces que como
etapa no superada en la colonia esclavista, los problemas
raciales también son superados. De esta manera el racismo
aparece como un problema de pasado, de ignorancia o de maldad
natural que avergüenza, no hay pues una visión
histórica, sino mítica del racismo. Posiblemente
estas razones explican la ausencia de estudios sistematizados
sobre esta problemática.

Como resultado de los análisis elaborados en esta
investigación, se puede afirmar que aunque la presencia de
la Comunidad Negra ha sido invisibilizada por parte del Estado,
la sociedad civil, y
la misma academia, ella se constituye en parte fundamental del
proceso de construcción del desarrollo
económico, político y cultural de las naciones
americanas en general, de la Nación colombiana y de la
Risaraldense en particular.

Quizás por la reciente creación del
departamento, la identidad del hombre y la mujer
risaraldense es inexistente, se podría concluir que
aún se está construyendo, lo que incide en la
identidad cultural de la Comunidad Negra y en su
producción intelectual. Por ende, las organizaciones
negras y sus educadores e historiadores siempre han reivindicado
un proceso educativo enaltecedor y difusor de su historia e
identidad africana y afrocolombiana. Han reclamado dentro del
marco de la educación
risaraldense que éste sea un camino que desarrolle en el
conjunto de los estudiantes un espíritu participativo,
crítico, reflexivo, creativo, investigativo, respetuoso de
los valores ajenos, de la pluriculturalidad y la
multietnicidad.

El documento resultado de la investigación del
Estado del Arte de la Cultura Afrorisaraldense, se considera un
primer acercamiento hacia la valoración de la cultura
afrocolombiana en nuestro medio" (Estado del Arte de la Cultura
Afrorisaraldense en el departamento de Risaralda.
Gobernación de Risaralda, U.T.P, Movimiento Nacional
Afrocolombiano Cimarrón. Pereira, Octubre de
1998).

Síntesis
de la historia de la Comunidad Negra
Afrocolombiana

El conocimiento
de la historia de la Comunidad Negra del País es un
referente para analizar y comprender la historia de la Comunidad
Negra Afrorisaraldense, por ello es necesario adentrarnos a la
misma, aunque de una manera muy general y sucinta.

La esclavitud de la Comunidad Negra en América se
inició en el siglo XVI, concretamente en el año de
1502 cuando llegaron a La Española, hoy Haití, los
primeros hombres africanos traídos a estas tierras en
calidad de
esclavizados. Fue Brasil, el último País en abolir
semejante y siniestro régimen en 1888. En Colombia, los
casos existentes permiten afirmar que la esclavitud se inicia en
los primeros años del siglo XV y culmina en su forma
constitucional en el año de 1851; momento en el cual el
País tiene un gobierno
controlado por un sector de la burguesía liberal radical
interesada en transformar de acuerdo a sus intereses culturales,
económicos y políticos la estructura
económica e institucional.

Las causas de la implantación de las estructuras
esclavistas en América y en Colombia respondieron en
primer lugar a la gran crisis
demográfica indígena agudizada entre los
años 1540-1560, que en concepto de varios historiadores
colombianos, en sólo 60 años, los invasores
Europeos exterminaron el 90% de los aborígenes. Para
España
y Europa en su conjunto, la ambición de riquezas en
minerales
preciosos era necesidad imprescindible. Dispuestos a satisfacer
su apetito de oro y plata
protagonizaron un baño de sangre, una verdadera masacre
para despojar al indígena de sus riquezas y IIevarlas a
Europa. Las condiciones inhumanas a que era obligado a trabajar
el americano y las diversas enfermedades que
llegó a padecer, propiciaron también la
desaparición masiva.

El exterminio casi total y brutal de la población
nativa ocasionó la gran crisis del sistema colonial, ya
que no quedaban brazos para mover los procesos de
producción en las minas y plantaciones,
paralizándose de esta forma la economía en su conjunto.

Otra causa objetiva de la incorporación de mano
de obra africana fue la gran disponibilidad de tierras baratas y
desocupadas que permitió al asalariado europeo abandonar
la plantación, el ingenio, etc., para trabajar
independientemente las tierras baldías.

La metrópoli no disponía de grandes
reservas de mano de obra para enviar a sus colonias y dinamizar
la producción de tabaco, azúcar,
plátano, algodón, entre otros. Así las cosas,
la incorporación de mano de obra a gran escala era
necesidad objetiva en el marco de un capitalismo comercial
poderoso y en ascenso. La población esclavizada fue
llevada a Brasil, Estados Unidos,
Las Antillas Británicas, Colonias Francesas del Caribe y a
las Colonias Españolas.

Desde el siglo XVI el africano jugó un papel
esencial en la economía colonial. Los mayores compradores
de esclavos fueron los comerciantes, los funcionarios, las
comunidades religiosas y los artesanos ricos. Fueron incorporados
a todo el conjunto de las actividades económicas de la
Nueva Granada; minería,
plantaciones de algodón, caña de azúcar,
cacao, tabaco, entre otros; a la producción de miel,
panelas, servicio
doméstico, cargueros y bogas a través de
ríos como el Magdalena y el Cauca.

Los africanos introducidos por Cartagena fueron
secuestrados de Angola, Guinea, Cabo Verde, Congo, Sierra Leona,
es decir, casi de toda la parte occidental del continente
africano y fueron identificados genéricamente con el
nombre que señalaba su lugar de procedencia,
denominaciones que fueron instituidas como castas y se les dieron
como apellidos; o por el apodo que recibieron en el puerto de
embarque: Mina (Akan, Fanti-Ashanti, Yoruba o Lucumí) del
occidente del Río Volta y Costa de Marfil, Arara de Benin,
Carabalí de Biafra; Bioho, Biáfara y Bran de
Guinea; Congo, Angola, y Mozambique (Balanta, Macondo, Mandinga).
Los historiadores señalan que entre 150 y 200 mil
esclavizados entraron por Cartagena y fueron distribuidos hacia
Ecuador, Venezuela y Perú. Germán Colmenares
estableció que por lo menos 80.000 africanos quedaron en
lo que hoy es Colombia.

Los africanos esclavizados fueron llamados negros
bozales o de Nación; un tanto españolizados se
conocieron como ladinos o criollos; recién fugados los
llamaban Zapacos y luego cimarrones; libres o negros horros los
que dejaban de ser esclavos por distintas razones o compraban su
libertad. También eran denominados de acuerdo con su edad
y sexo. El
origen, la riqueza y la mezcla de razas dio lugar a otra
clasificación que estratificó la sociedad en
castas, de acuerdo con su "pureza de sangre" desde el blanco
hasta el negro: Blancos (españoles y criollos), mulatos
(blancos y negros: tercerón, cuarterón,
quinterón-ya casi español), zambos (mulato o negro
con indio), tente-en-el-aire (los que no
avanzaban a lo blanco ni retrocedían a lo negro);
salto-atrás (por retroceder a lo negro) y
negros.

Antes de penetrar en el análisis de los elementos
que propiciaron la abolición de la esclavitud en Colombia
es oportuno abrir un paréntesis para un comentario
mínimo en torno al papel
que jugó San Pedro Claver, "esclavos entre los esclavos
negros".

Era miembro de la compañía de
Jesús. Llega a Cartagena en 1615 donde recibe la
influencia del sacerdote sevillano Alonso de Sandoval,
también de la compañía de Jesús,
quien se había planteado la evangelización y el
apostolado del esclavizado negro. La pastoral evangelizadora de
Sandoval se reducía a lograr en el hombre
negro el bien y la paz espiritual mientras proporcionaba
remedios, alimentos y
vestidos a sus cuerpos enflaquecidos y enfermos. La
posición evangelizadora de Sandoval de convencer al
esclavo de que su situación de sufrimiento tendría
su compensación en la otra vida es retomado por Don Pedro
Claver, profundamente influido por Sandoval que parte luego de
Cartagena hacia el Perú.

En Claver se observa que antes y después de cada
acción
cristiana sobre el esclavo, iba una dosis doctrinaria de
sumisión a través de la lectura de
un versículo bíblico, su quehacer en el fondo
buscaba mantener inalterable el orden de cosas
existentes.

En última instancia lo que pretendía
Claver era: 1) Suavizar el sufrimiento con la promesa de la
felicidad eterna. 2) Salvar el honor de la iglesia y
aún de la civilización occidental que impusieron y
mantuvieron la vergüenza y la lacra de la esclavitud. Su
preocupación fue la colonización espiritual del
esclavizado africano más que su bienestar
material.

Dentro de las etapas, que se pueden decir siguió
el proceso de la lucha contra la esclavitud, un hecho fundamental
lo representa José Antonio Galán, pero antes se
hace imprescindible por lo menos un comentario acerca de los
sucesos en el Perú. El 5 de Noviembre de 1780 el Cacique
Túpac Amaruc se subleva en el pueblo de Tangazuca, captura
al corregidor Arriaga y lanza el grito de revolución
a todos los ámbitos. El levantamiento de Túpac
Amaruc va a tener hondas repercusiones en la Nueva Granada donde
la población de El Socorro escucha el eco libertario de
los descendientes de Los Incas.

La insurrección comunera, de profundas
raíces populares representa un jalón muy importante
en la lucha del pueblo en general y de los esclavos en
particular. En su movilización de protesta de Santander a
Santafé de Bogotá, una de las principales consignas
de José Antonio Galán es la eliminación de
la esclavitud, así pues, al lado de esta casta de mulatos,
zambos, pardos, morenos y mestizos muy claramente jerarquizados,
el esclavizado comienza a detectar con claridad a sus enemigos
históricos.

Un segundo elemento importante en el transcurso del
proceso abolicionista se presenta durante las guerras de independencia;
los criollos ricos, aquellos que dirigían la lucha
anticolonialista, se dan cuenta de su inferioridad militar, de su
incapacidad para vencer en el campo de batalla a los
ejércitos realistas. Es así como acuden a los
esclavizados para que engrosen los ejércitos libertarios,
saben que sin ellos no podrá tener éxito
la lucha independentista. Desconfían, eso sí, de la
experiencia haitiana, recordemos que en este país los
esclavizados alzados en armas expulsaron
violentamente a los franceses de la era napoleónica y se
tomaron el poder en forma
audaz, gallarda y brillante.

Buscando la incorporación de la Comunidad Negra a
las filas de los ejércitos criollos, prometieron a los
esclavizados su libertad y a los indígenas sus tierras de
resguardos y eliminación de impuestos. Es
así como en las batallas de Boyacá y el Pantano de
Vargas se sella la independencia definitiva con la
participación masiva de los esclavizados y sus poderosas e
invencibles guerrillas cimarronas.

Un tercer elemento que se puede enmarcar en todo este
proceso, tiene que ver con el incumplimiento descarado del que
fueron víctima los esclavizados por parte de los criollos
ricos que les habían prometido la libertad si se
incorporaban a los ejércitos libertarios.

Así en el Congreso de Cúcuta los criollos
ricos decretan la Ley del 21 de Julio de 1821 llamada "Ley de
Partos". Ésta planteaba que a partir de la fecha todos los
esclavizados nacidos cuando tuviesen los 21 años de edad
obtendrían la libertad. De esta forma los criollos ricos
negaban la libertad de la Comunidad Negra, le retardaban esta
libertad 21 años. Los propietarios de esclavos
tenían el poder político, el control del
Estado y no querían ver afectados sus intereses en lo que
a disponibilidad de mano de obra esclavizada se refiere. La
Comunidad Negra esclavizada fue engañada. Más
adelante, durante el gobierno de Herrán y concretamente el
22 de Junio de 1843, el parlamento aprueba una ley que en su
artículo cuarto dice. "Se deroga el artículo sexto
de la Ley del 21 de Julio de 1821 permitiéndose la
venta de
esclavos para fuera de la Nueva Granada".

El objetivo de esta nueva ley era negarles la libertad a
los esclavos que la alcanzarían al cumplir los 21
años como lo estipulaba la Ley de 1821. Don Julio
Arboleda, esclavista del gran Cauca se constituye en uno de los
grandes exportadores de esclavos.

Nuevamente es engañada la Comunidad Negra
esclavizada. Fue precisamente ésta, una de las tantas
situaciones que agudizaron la crisis de la primera
hegemonía conservadora, es así como llegan al poder
los liberales radicales imbuidos de las ideas libertarias de
pensadores franceses. La República decreta entonces la Ley
del 21 de Mayo de 1851 la cual aprobaba definitivamente la
abolición de la esclavitud en Colombia.

Acto seguido, los grandes esclavista: Los Arboleda, los
Caicedo, los Valencia, Los Mosquera, entre otros, rechazaron en
forma rotunda esta ley desencadenando una guerra civil
reaccionaria de la cual salen derrotados, imponiéndose en
últimas la abolición legal de la esclavitud en
Colombia.

Al ejecutarse esta ley se indemniza a los esclavistas.
El Estado
entra a reconocer y proteger los intereses de los ricos. Cientos
de miles de pesos son el flujo de nuevas riquezas que llegan a
manos de los explotadores esclavistas. Sin embargo, a los
esclavos, a los verdaderos necesitados en la miseria y la
inferiorización no se les reconoce ninguna
indemnización.

Simplemente se pasa de la esclavización directa a
una forma de esclavitud indirecta, la del salario, de
explotados y miserablemente pagados como nuevos
proletarios.

Entre los elementos que determinaron la abolición
de la esclavitud se pueden enumerar como fundamentales, primero
que todo el hecho histórico en que la esclavitud se
convierte en una traba para el desarrollo del capitalismo.
Superada en lo fundamental la etapa de acumulación
originaria de capitales, el sistema capitalista necesitaba
fortalecer el comercio,
modernizar las fuerzas productivas capitalistas, maximizar las
ganancias y expandir sus mercados.

El trabajo sometido, el trabajo esclavo representaba un
obstáculo objetivo para el desarrollo del capitalismo. Las
potencias capitalistas a la cabeza de Gran Bretaña,
desencadenan todo un movimiento internacional abolicionista, con
la cual se buscaba eliminar la esclavitud allí donde se
practicara todavía. El sistema capitalista necesitaba
expandirse llevando el trabajo asalariado a todas las regiones
del mundo.

Otro aspecto determinante que explica la
abolición de la esclavitud lo constituyen los constantes y
masivos levantamientos de los esclavizados, lo que se conoce como
CIMARRONISMO.

Al esclavizado rebelde y beligerante que escapaba de la
plantación y de la mina al reencuentro con su libertad se
le llamó CIMARRÓN. Los CIMARRONES mantuvieron en
constantes crisis todo el sistema colonial esclavista. Los
esclavistas y autoridades coloniales tenían que mantener
un pie de fuerza muy grande, colosal y costoso para perseguir y
reprimir en forma sangrienta y deshumanizante la bravura de los
esclavos forjadores de la historia nacional, continental y
mundial.

El Movimiento CIMARRÓN representa las primeras
formas de resistencia y
lucha guerrillera en toda América. Construían
poderosos Palenques o zonas liberadas en las montañas,
ciénagas, selvas de donde luego bajaban en forma temeraria
y agresiva para liberar a sus hermanos de las haciendas y minas
esclavistas.

En toda América esclavizada y para el caso de
Colombia, como producto de la
constante insubordinación guerrera del africano, surgieron
cientos, miles de palenques, donde cabe destacar por su
carácter histórico el Palenque de San Basilio en
Cartagena, producto de un levantamiento de más de 30
esclavos encabezados por el Rey CIMARRÓN Domingo Benkos
Biohó.

Otros palenques: La Matuna, Tabaca, San Antero,
Mompóx, Envigado, Rionegro, Cartagena, Patía,
Guapi, etc., diseminados en toda la geografía de la Nueva
Granada.

Al interior de éstos se daba toda una organización política, militar y
económica, reverdecían las formas de
producción y culturas africanas. Contrario a esto se ha
hecho creer que el esclavizado fue sumiso y resignado con su
situación. Ya lo dice Mateo Mina en su libro
"Esclavitud y Libertad en el Valle del Río Cauca" que
allí donde se presentaba la esclavitud afloraban
cotidianamente levantamientos masivos de esclavizados por su
libertad.

El esclavizado rebelde, el CIMARRÓN, hostigaba
las haciendas, liberaba esclavizados incorporándolos a la
lucha y enfrentaban al ejército colonial. La escuela militar
desarrollada por los ClMARRONES fue utilizada por los criollos
ricos de la independencia. Los Palenques fueron las primeras
naciones libres de América. Cabe mencionar el Palenque de
los Palmares en Brasil, llamado "REPÚBLICA NEGRA DE LOS
PALMARES". 67 años de 1630 a 1697 duró resistiendo
las campañas del ejército portugués.
Llegó a tener 20 mil personas y su propia
organización económica, política y
militar.

Es oportuno mencionar a la MUJER CIMARRONA
de quien poco se habla, destacándose también como
capitana de Palenques. Verbo y gracia la llamada Madre Melchora
quien en Pinar de Río logró aglutinar más de
40 hombres en su guerrilla. Igualmente el CIMARRÓN MARINO
quien devenía en pirata y luego en cazador de
embarcaciones esclavistas, como el legendario Diego
Grillo.

Como consecuencia de la abolición legal de la
esclavitud en Colombia, al momento se estableció la
existencia de más de 16.000 esclavizados adultos que
obtuvieron su libertad. Sin embargo, fue apenas un gesto formal,
puesto que la subordinación impuesta por leyes como la de
vagancia y nuevas figuras de explotación como el arrendamiento,
el terraje y la aparcería, además del concierto
forzoso vigente en la práctica, prolongaron el
sojuzgamiento de los afrocolombianos. En el Cauca, las personas
negras pagaban 10 días de trabajo como impuesto de terraje
a la familia
Arboleda por el terreno para subsistir. Esto ocasionó el
levantamiento como los de los colonizadores del Río Palo
en Puerto Tejada y Santander de Quilichao que resistieron a los
hacendados y los embates del capitalismo agrario. A medida que
obtuvieron su libertad, la Comunidad Negra del Cauca se
movilizó y estableció Comunidades en el Litoral
Pacífico y la zona minera de Barbacoas, ríos
Telembí y Güelmanbí.

En 1874, mediante la Ley 51, el gobierno
determinó la adjudicación de terrenos
baldíos a quienes lo estuvieran cultivando, desatando un
masivo proceso de colonización y desplazamiento de
población en busca de tierras, conformando el campesinado
en esas zonas. Pero quienes realmente resultaron favorecidos
fueron los terratenientes y amigos del gobierno. Muchos
trabajadores negros mineros y cultivadores de baldíos, por
falta de información no reclamaron la adjudicación
y durante un siglo fueron considerados "colonos" en sus propias
tierras. Con el desencadenamiento de la guerra de los Mil
Días, vino una tragedia adicional para los afrocaucanos
que fueron violentamente lanzados de las zonas de terrajes y de
sus propias tierras. Esta fue la razón para el
levantamiento armado de CINECIO MINA y unos 100 hombres a su
mando que es recordado como un hito de la historia afroregional.
Por su resistencia y andanzas la Comunidad Negra Caucana se
ganó la fama de tener un pacto con el diablo, por lo que
se les llamó los empautados.

Hacia la segunda década de este siglo, unos 7.000
macheteros de la zona de Puerto Tejada convinieron en participar
en el levantamiento general que organizó el Comité
Conspirativo Colombiano liderado por el Partido Socialista
Revolucionario de Ignacio Torres Giraldo, Raúl Eduardo
Mahecha, María Cano y Quintín Lame, entre otros. La
insurrección debía culminar en una gran huelga en la
zona bananera, pero fracasó por dilaciones y la
represión. En 1905, Manuel Hernández "El Boche" se
levanta contra la supervivencia de la matrícula colonial
en la hacienda Misiguay en Córdoba; en 1921, las luchas
lideradas por la dirigente socialista Juana Julia Guzmán y
su compañero Vicente Adamo pusieron fin a la supervivencia
de figuras como la matrícula y el concierto forzoso en
Bolívar.

La Constitución de 1886, en su inspiración
teocrática, aristocrática y antidemocrática,
y las leyes surgidas en su desarrollo, recogieron y elevaron a
preceptos los ideales de una raza homogénea, larvados en
las nostalgias hispánicas de los sectores dominantes.
Laureano Gómez, líder
conservador derechista, fue un fiel exponente de esa
ideología excluyente y racista. En su libro "Interrogantes
sobre el progreso de Colombia" afirmó en "1928: Nuestra
raza proviene de la mezcla de españoles, de indios, y de
negros. Los dos últimos caudales de herencia son estigmas
de completa inferioridad. Es en lo que hayamos podido heredar del
espíritu español donde debemos buscar las
líneas directrices del carácter colombiano
contemporáneo". A mediados de los 50, identificado con el
fascismo,
ratificó con toda claridad esa visión sobre la
población negra, oprimida y discriminada:

"Otros primitivos pobladores de nuestro territorio
fueron los africanos que los españoles trajeron con ellos
para dominar con ellos la naturaleza áspera y
huraña. El espíritu del negro, rudimentario e
informe, como que
permanece en perpetua infantilidad. La bruma de la eterna
ilusión lo envuelve y el prodigioso don de mentir es la
manifestación de esa falsa imagen de las
cosas, de la ofuscación que le produce el
espectáculo del mundo, del terror de hallarse abandonado y
disminuido en el concierto de lo humano (…) En las naciones de
América donde preponderan los negros reina también
el desorden.

La población negra, sometida al analfabetismo
y la miseria, fue convertida en botín del clientelismo y
la politiquería, abandonada a su suerte y condenada a una
degradante supervivencia en el mazamorreo, el barequeo y otras
formas de trabajo en los lechos de los ríos y en las minas
buscando las ya escasas pepitas de oro; en las plantaciones
cañeras, bananeras y de palma africana; en la pesca
artesanal e industrial, en la explotación forestal y en
los aserraderos madereros. El acentuado racismo presente en las
relaciones interétnicas en Colombia, ha permeado con
dureza a los sectores dominados con la misma prepotencia que los
sectores dominantes, discriminan a la población
afrocolombiana. Durante décadas, no obstante constituir un
conglomerado importante de la población, los
afrocolombianos estuvieron invisibilizados, excluidos y
marginados. Impedidos del ascenso político y social, y
vetados en los mandos militares y hasta en los reinados de
belleza -humillante rito de la aristocracia con ilusiones
monárquicas, dizque simbólico de nuestra
nacionalidad.

La oligarquía racista relegó a los
afrocolombianos a aquellas actividades que, como la música y el deporte -decorosas, demostrativas
de gran espíritu, creatividad y
capacidad y en las que éstos son practicantes sin par-,
para ella son esparcimiento. La Comunidad Negra excluida fue
obligada a asimilarse para encontrar posibilidades de
formación y supervivencia en lo que se conoce como el
"blanqueamiento" , demostración humillante de
degradación cultural y humana. En el siglo pasado el
presidente costeño Juan José Nieto hizo "blanquear"
sus retratos para presentarse en sociedad.

Pero la lucha de los pueblos negros renace, los sucesos
internacionales: las luchas de los pueblos negros en los Estados
Unidos y el Caribe liderados por Marcus Garvey, Malcolm X, Frantz
Fanon y Martín Luther King, contra la
discriminación racial y los derechos humanos de las
Comunidades Negras; la descolonización del África
Negra en las décadas del 50 y 60 y la lucha permanente del
pueblo Surafricano negro contra el oprobioso régimen del
apartheid, liderado por Nelson Mandela motivan a la juventud negra
colombiana a organizarse por la conquista de
sus derechos.

Gerardo Valencia Cano, el Obispo Rojo, el dirigente
político negro Diego Luis Córdoba, el médico
Juan Zapata Olivella, el escritor Manuel Zapata Olivella, inician
ese proceso hasta la consolidación del Movimiento Nacional
Afrocolombiano CIMARRÓN, primero en Pereira,
después en Buenaventura y luego nacionalmente. Junto con
otras formas organizativas negras en todo el País, se
movilizan nacionalmente contra el modelo
neoliberal, la defensa de las tierras del pacífico, y por
los derechos humanos e identidad cultural, incidiendo fuertemente
en el cambio
constitucional del País con el apoyo indígena que
dio como resultado una nueva Constitución
multiétnica y pluricultural y de ésta la Ley 70/93
que le reconoce derechos territoriales, ambientales, sociales,
educativos culturales y políticos que aún
permanecen en su totalidad en el papel, por la desidia, el
racismo y la falta de voluntad política de las
élites dominantes organizadas en sus dos partidos
tradicionales y la falta de organizaciones poderosas desde las
mismas Comunidades Afrocolombianas que la hagan realidad desde
sus intereses y las de todo el pueblo colombiano
trabajador.

Monografias.com

Figura 1. Mapa físico e
hidrográfico del Departamento de Risaralda.

Monografias.com

Figura 2. Ubicación mayoritaria
municipal de comunidades afrorisaraldenses.

La Comunidad
Negra en el Departamento de Risaralda

La presencia de la Comunidad Negra en el departamento de
Risaralda responde a tres factores fundamentales: a uno,
histórico, a un segundo; migracional y a un tercero, a los
desplazamientos forzados por el conflicto armado y a las crisis
económicas, sociales y culturales en las regiones de
origen de las comunidades.

Históricamente, la Comunidad Negra en el
departamento de Risaralda, se conforma como expresión de
la colonia esclavista en los siglos pasados, aI ser utilizada
como mano de obra en todos los procesos productivos, pues, la
población indígena en lo que concierne a la antigua
región del gran Caldas persistieron a lo largo del siglo
XVI y XVII en la defensa de sus territorios, frenando la
colonización y luchando por el desalojo de los
españoles.

Los españoles sólo fundaron dos
poblaciones en el territorio de Risaralda: La primera fue
Cartago, fundada por Jorge Robledo en 1540, en el lugar donde
actualmente se encuentra Pereira, y la segunda fue Guntras,
fundada por Robledo y por Aldana en 1542.

La primera, Cartago, fue blanco de los levantamientos
Quimbayas, Pijaos y los indígenas del Chocó, lo que
obligó a que sus habitantes abandonaran el lugar el 21 de
abril de 1691 y se dirigieran hacia las márgenes del
río La Vieja. Igual suerte tuvo la población de
Guntras que en 1601 fue arrasada y quemada por las tribus
Noanamá y Citará.

La presencia de las Comunidades Negras en Risaralda data
desde el siglo XVI, cuando existía el Cartago antiguo,
debido a que la mano de obra del esclavizado era orientada hacia
los trabajos de minería y trabajos rudos. Las
insurrecciones indígenas diezmaron a la población
negra, así como la disminución de la
producción minera hizo que fueran retirados hacia otras
zonas productivas. A fines del siglo XVIII, hubo un levantamiento
de esclavizados en Cartago, por lo cual los cimarrones
construyeron un Palenque por el río Sopinga o Risaralda.
La Comunidad Negra de La Virginia, fundada por esclavizados
fugitivos procedían mayormente del Departamento del Valle
del Cauca y del Litoral Pacífico inicialmente. Igualmente
ocurrió con un levantamiento de esclavizados negros
procedentes también de Cartago que fundaron el Palenque
del atún en lo que hoy se conoce como sector de
Turín, vía Marsella, en el Municipio de Pereira,
pero éste, diferente al de Sopinga fue reprimido por la
policía esclavista colonial del antiguo
Cartago.

En lo que concierne al Municipio de Pueblo Rico, La
Comunidad Negra hace presencia a partir de la insurrección
de mineros en Tadó, en el año de 1728, llegando
hasta Jamarraya hoy Cabecera Municipal de Pueblo Rico.

Posteriormente, en lo que se conoce como "La
Colonización Antioqueña", la Comunidad Negra
participando activamente en ella, (así no sea identificada
por los historiadores de este proceso), contribuyó en la
fundación de pueblos, específicamente en los de
Risaralda, con las dos vertientes colonizadoras que arroparon la
región, la una desde el Departamento de Antioquia o sector
norte y la otra desde el Valle del Cauca o sector sur, como
ocurrió con La Virginia cuando se le llamó La
Bodega y de Pereira con la fonda establecida por la descendiente
afropaisa Guadalupe Zapata y que el señor Ormaza, por su
mentalidad racista, no la registró en el listado de la
misa fundacional de la Ciudad.

El proceso agroindustrial de los centros cafeteros y
cañeros de la región a partir de la
República, contribuyó a reforzar la presencia
histórica, sociológica y cultural de la Comunidad
Negra. La etapa contemporánea también nos ubica en
el acelerado crecimiento de la población Afrorisaraldense,
provenientes de diversas regiones como la Costa Atlántica,
La Costa Pacífica concretamente del Pacífico Sur,
Buenaventura, el Departamento del Chocó y el Departamento
del Valle del Cauca en busca de trabajo, un mejor nivel de vida,
pero fundamentalmente en la preparación profesional
ofrecida principalmente por la universidad Tecnológica de
Pereira, la Universidad Libre y la Universidad Católica
Popular del Risaralda.

Finalmente con la apertura de la carretera hacia la
región del pacífico, las políticas
neoliberales de las últimos gobiernos que han afectado la
tenencia de la tierra de las Comunidades Negras y el agresivo
conflicto armado entre paramilitares y guerrilleros, más
el cuadro de las crisis social, económica, política
y cultural en las regiones de origen de las comunidades, han
generado masivos desplazamientos de afrocolombianos hacia el
interior del País y hacia el Área Metropolitana del
Departamento de Risaralda.

Breve
descripción geográfica del Departamento de
Risaralda

El Departamento de Risaralda es un territorio ubicado en
el sector central de la Región andina, en el centro
occidente del país.

Su posición geográfica y económica
es privilegiada, encontrándose en medio de los dos grandes
polos de desarrollo del País a saber: Antioquia y el Valle
del Cauca.

El clima, la buena
calidad de los suelos, ha
permitido que este Departamento se encuentre entre los mejores
productores de café
del País y posea una de las mayores economías de
mercadeo hacia
el extranjero.

POSICIÓN GEOGRÁFICA DEL
DEPARTAMENTO

La posición geográfica del Departamento de
Risaralda está determinada por las coordenadas de sus
límites
externos:

Entre los 5º32' y 4º39' de latitud norte y
entre los 75º23' y 76º18' de longitud al oeste del
meridiano 0º de Greenwich.

El punto más septentrional se encuentra en el
cerro de San Fernando, límite con el Departamento de
Antioquia, y el punto más austral se encuentra en la
cuenca alta de la quebrada Las Delicias.

Por su situación, respecto a la distancia entre
el Ecuador y los polos, el Departamento se ubica en la zona
intertropical, al norte de la línea del
Ecuador.

SUPERFICIE Y LÍMITES TERRESTRES

El Departamento de Risaralda tiene una extensión
aproximada de 3592 Km2 lo que representa el 0.3% del área
total del país y el 27% de la extensión total de
los Departamentos que conforman el eje cafetero, en la cordillera
central. Su extensión territorial en comparación
con los otros Departamentos es baja, ocupa la posición
28ª.

Risaralda limita con siete Departamentos: al Norte con
los Departamentos de Antioquía y Caldas, por el Oriente
con Caldas y Tolima y por el Sur con Quindío y Valle del
Cauca y por el Occidente con Chocó. (Ver Figura
1)

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL TERRITORIO DE
RISARALDA

El actual Departamento de Risaralda ha sufrido numerosas
transformaciones, que van desde los inicios del poblamiento
precolombino hasta épocas muy recientes, siendo las
más importantes aquellas que surgieron a partir del siglo
XVI cuando se produce la conquista y colonización de su
territorio.

Debido a la fertilidad de sus tierras, riquezas
hídrica y minera, relieve,
variedad de climas y paisajes, el territorio Risaraldense atrajo
numerosos grupos humanos que se dispersaron por todo el
territorio, entre ellos los afrocolombianos desde la época
colonial fundando pueblos y contribuyendo al desarrollo de la
región en todos los aspectos.

En las épocas precolombinas y conquista,
Risaralda hacía parte de las tierras Chibchas
particularmente de los indígenas Quimbayas, cuya cultura
tuvo un afloramiento de gran significación el cual ha sido
conocido en todo el mundo, ya que como orfebres marcaron una
profunda huella en el manejo de la técnica para moldear el
oro.

Se cree que los Quimbayas ocuparon las márgenes
del río La Vieja, afluente del río Cauca, y sus
fronteras se extendían hasta el río Arma y hasta la
cordillera occidental en límites con el actual
Departamento del Chocó.

Desde la colonización española, la unidad
del espacio territorial se estableció progresivamente, por
incorporaciones o desagregaciones de los grandes dominios
creados.

Antes de entrar en vigencia la Constitución de
1991, el Departamento de Risaralda, era uno de los más
jóvenes del País.

En el año de 1536, el territorio Risaraldense
pertenecía a la presidencia de Quito. Por la
Ley 17 de Diciembre de 1819, expedida en Santo Tomás de
Angostura, cuando se constituyó La Gran Colombia a la que
pertenecían los Departamentos de Cundinamarca, Quito,
Venezuela, el actual Departamento de Risaralda pasó a ser
parte del Departamento de Cundinamarca.

En el año de 1830 cuando el País
tomó el nombre de Nueva Granada y los departamentos fueron
reemplazados por las provincias, el territorio que conformaba el
antiguo Caldas estaba distribuido en varias provincias de la
siguiente manera: el Norte (región de Manizales)
pertenecía a la provincia de Antioquia; el Sur
(región del Quindío) y el Occidente (región
de Anserma y Riosucio) a la provincia del Cauca; y el Oriente
(región de Manzanares y La Dorada) a la provincia de
Cundinamarca.

En la época de la República alrededor del
año 1860 perteneció al estado soberano del Cauca,
cuando el general Tomas Cipriano de Mosquera era su gobernador.
Posteriormente en 1886 hacía parte de la provincia del
Gran Cauca hasta el año de 1905, cuando fue creado el
Departamento del viejo Caldas, del cual hacían parte los
territorios actuales de los Departamentos de Caldas,
Quindío y Risaralda.

En 1966, por medio de la Ley 70 del mismo año, se
creó el Departamento de Risaralda

DIVISIÓN POLÍTICO
ADMINISTRATIVA

El Departamento se divide en 14 Municipios, 89
inspecciones de policía, 26 corregimientos y 666
veredas.

Risaralda en el
contexto regional del centroccidente colombiano

Influencia y diversidad regional. A nivel regional, el
Departamento de Risaralda, se sitúa en la región
Centro Occidental de Colombia, junto con los Departamentos de
Caldas, Quindío, Antioquia, el Norte del Valle del Cauca y
parte del Oriente del Chocó. Caracterizado por la
diversidad de sus paisajes, riquezas naturales, alta densidad
poblacional, las riquezas culturales y étnicas y capacidad
de exportación.

Por la situación geográfica de Risaralda
en el corazón mismo de la región Centro Occidente,
es uno de los departamentos más productores de
café, ocupa el sexto lugar en área sembrada a nivel
nacional y la agricultura
del grano se sigue constituyendo desde fines del siglo XVIII en
el principal rol de la economía local y ha hecho que el
Departamento ocupe una posición privilegiada frente al
Estado y desarrollo de sus tres grandes polos de actividad:
industrial, financiera y de servicios.

Actividades económicas relativamente recientes
como el impulso y desarrollo de las actividades de intercambio
comercial, explotación forestal, agricultura comercial
nacional e internacionalmente le están imprimiendo al
poblamiento, un nuevo carácter orientado hacia la
economía de mercado y concentración en los
principales núcleos de desarrollo y nexos directos con las
grandes ciudades del País, Bogotá, Cali y
Medellín.

La presencia del río Cauca como potencial de la
comercialización fluvial y la apertura de
vías troncales hacia el Oriente y Occidente del
País, constituye igualmente un potencial para el
desarrollo integral y funcional de esta región.

La
ocupación de la región en el período
prehispánico

La región del centro occidente, es un espacio
esencialmente humanizado, en donde sus paisajes naturales han
sido completamente modificados por el hombre desde épocas
prehispánicas y coloniales.

La visión histórica del poblamiento de una
región sirve para entender y definir claramente los
orígenes y evolución del comportamiento
sociocultural, economía y políticas de los pueblos
actuales, con relación a la diversidad de situaciones, del
medio geográfico y sus diferentes influencias sobre el
desarrollo
social. La geografía sirve económica y
socialmente, cuando se incorpora a la historia y se relaciona con
los propios ciclos de la evolución
humana.

Los primeros pobladores de la región,
según los relatos históricos que se tienen, no se
asentaban definitivamente en ningún sitio; el que
encontraran tierras fértiles y productivas, abundante caza
y cauces o ríos y quebradas que les proporcionara agua,
determinaba la implantación diseminada de grupos humanos y
de viviendas.

PRIMEROS ASENTAMIENTOS

Según, Duque Gómez (1970), los vastos
territorios de la región permanecieron
prácticamente inexplorados hasta el siglo XVI. Los
territorios estaban habitados por:

  • Zona del Norte: Armas, Paucaras, Pozos,
    Pícaras, Carrapas. Ocupaban el Norte del Departamento
    de Caldas y Sur del Departamento de Antioquia.

  • Zona del Noreste: Palenques, Pantágoras y
    Marquetones. Ocupaban el Noreste del actual Departamento de
    Caldas.

  • Zona del Sur: Pijaos y Quimbayas. Ocupaban el Centro
    Occidente del actual territorio del Departamento de Risaralda
    y el Departamento del Quindío.

  • Zona de Occidente: Supías, Prisas,
    Guáticas, Quinchías, Tabuyas, Apías,
    Umbrías, Chamíes. Ocupaban el Occidente y Norte
    de Risaralda, el Oriente del Departamento del Choco y Sur del
    Departamento de Antioquia.

Se dice igualmente que centenares de años antes
de nuestra era, en épocas de movimientos anteriores a los
Quimbayas, tribus de las que no se conoce su nombre, se asentaron
en cercanías a los nevados.

Los Quimbayas. Junto con otras culturas
indígenas, corresponden al grupo que se
asentó principalmente en la región denominada
Quindío, la cual estaba conformada por los actuales
Departamentos de Risaralda. Quindío y Caldas y la parte
norte del Valle del Cauca. Comprendía una superficie de
más de 300.000 hectáreas, situadas en un alto
porcentaje en el piso térmico templado, es decir por
encima de los 1000 metros, con una temperatura
media de 20° y una lIuviosidad promedio anual de 2000mm. Sin
embargo, se tiene conocimiento que también la
población se asentaba en los demás pisos
térmicos, pero en menor proporción.

Los Quimbayas hacen parte de la familia lingüística Chibcha, la cual se
extendía desde América central.

En las épocas de preconquista y conquista se cree
que los Quimbayas estaban situados en las márgenes del
río La Vieja, afluente del río Cauca. Las tribus
estaban integradas por numerosas comunidades, entre las cuales se
encontraban los Guarinas, los Pozos, los Umbrías, los
Paicuras, los Carrapas, los Quinchías, los Apías,
los Guáticas y los Cocuyes. Se deduce que las fronteras de
los Quimbayas se extendían hasta el río Arma y
hasta la cordillera occidental en límites con el actual
Departamento del Chocó.

A la llegada de Jorge Robledo a este territorio se
calcula que la población Quimbaya ascendía a
más de 60.000 individuos. En cuanto a su desarrollo
cultural esta comunidad era una de las más
adelantadas.

Otros grupos aborígenes y comunidades
indígenas
Entre los grupos aborígenes
significativos encontrados por los primeros exploradores
españoles en lo que actualmente corresponde al territorio
de Risaralda figuran los siguientes:

Los Chamí, los Pijaos, los Chocoes, los Chapotes,
los Guáticas, los Quinchías, los Umbrías,
los Apías.

En lo que concierne a los afrorisaraldenses su presencia
también ha sido histórica, fundamentalmente por los
levantamientos Cimarrones, y la ampliación de la frontera
minera hacia esta región que contribuyeron en la
fundación de algunos Municipios del Departamento de
Risaralda que ya se expusieron en el capítulo
anterior.

Además, la carretera del Pacifico abrió la
puerta al Departamento del Chocó y desde Tadó se
han desplazado paulatinamente los afrodescendientes hasta el
corregimiento de Santa Cecilia Municipio de Pueblo Rico, La
Virginia, Pereira y Dosquebradas, al igual que de otras zonas de
los Departamentos del pacífico, Antioquia y la Costa
Atlántica, entre otros. Desde mediados del Siglo XIX se ha
destacado la presencia de una fuerte colonización de las
vertientes de las cordilleras con el fin de establecer cultivos
de café, en especial gentes provenientes de Antioquia y
del Valle del Cauca, entre ellos afrocolombianos, iniciaron
asentamientos en ciudades y pueblos.

Fruto de este proceso, el desarrollo agroindustrial del
Departamento, las oportunidades de educación en todos
los niveles, más el drama del conflicto armado en
territorios afrocolombianos se ha conformado una gran comunidad
afrorisaraldense cuyo grueso poblacional se encuentra ubicado en
el Municipio de Pueblo Rico, corregimiento de Santa Cecilia en un
número de más de 2.000 personas negras; en el
Municipio de La Virginia con más de 6.000 personas negras;
en el Municipio de Pereira y capital
Risaraldense sobrepasa las 13.000 personas negras y el Municipio
de Dosquebradas con un número cercano a las 2000 personas
negras. (Cimarrón, Risaralda, 1995).

Desarrollo social
de la región

La década de los años cincuenta se ha
destacado como un período de gran importancia en materia
de desarrollo social y económico de Colombia.

Desde mucho antes que el territorio del actual
Departamento de Risaralda se constituyera como tal, la
organización del espacio regional estaba siendo afectada
por procesos dinámicos y activos, por
concentración o despoblamiento o generados por las
intensas transformaciones sociales, políticas,
institucionales y económicas que vive el País: el
crecimiento y consolidación del sector industrial, el
desplazamiento del sector agrícola especialmente del
café, el crecimiento de las explotaciones mineras y del
petróleo, el desarrollo de diversas
actividades urbanas, y la apertura comercial externa.

Posterior a la consolidación de los Departamentos
del Quindío, Risaralda y Caldas se acentuaron todos estos
fenómenos, incidiendo en la concentración-
despoblamiento. Se observa que aún hoy día, los
tres Departamentos mantienen una fuerte cohesión
territorial y atracción poblacional subregional que se
concentra en las áreas metropolitanas. Además
concurren hacia un mejor desarrollo de la actividad industrial,
consecuencia de la dinámica agropecuaria, de servicios y
de construcción en algunas ciudades.

Los grupos étnicos minoritarios, afrocolombianos
e indígenas en Caldas y Risaralda carecían de los
servicios de salud y educación,
así como de tierra y créditos. Todas las políticas de
desarrollo para las regiones donde habitan, eran elaboradas e
implementadas por entidades nacionales o departamentales sin
contar con su participación, con lo cual, los objetivos
planteados no respondían directamente a solucionar sus
problemas.

En la actualidad el gobierno departamental ha
desarrollado programas para
elevar el bajo nivel en la calidad de
vida del indígena, bajo la metodología de planificación
estratégica situacional. Con ésta se busca
disminuir los índices de morbilidad y mortalidad de la
población, además se proporciona educación,
vivienda y en general apunta a solucionar la deficiencia en la
infraestructura básica.

La creación de las entidades territoriales
indígenas o multiétnicas, constituye una necesidad
vital para el desarrollo de estas comunidades y la convivencia
pacífica de los grupos étnicos de la
región.

Desarrollo
económico de la región

Para Risaralda y los Departamentos de la región
del centro occidente colombiano, la apertura de Colombia hacia el
pacifico, es sin duda el propósito regional más
claro que permitirá unir en el próximo milenio los
Departamentos de esta región del País en pro de su
desarrollo económico y se espera, en pro de los
afrodescendientes de esta zona.

Los
afrorisaraldenses del Municipio de Pueblo Rico

CORREGIMIENTO DE SANTA CECILIA

El Municipio de Pueblo Rico, y más precisamente
su corregimiento Santa Cecilia está ubicado al
Noroccidente del Departamento de Risaralda. El actual Municipio
se encuentra situado en la vertiente del Pacífico
limitando con el Departamento del Chocó al Occidente, al
Norte con el Departamento de Antioquia, al Oriente con el
Departamento de Caldas y los Municipios de Apía y
Belén de Umbría, y al Sur con el Departamento del
Valle. En lo que concierne a los asentamientos de los
afrorisaraldenses se ubica en la Cuenca Alta del río San
Juan; espacio geográfico y territorial que han compartido
con los hermanos Indígenas Emberá-Chamí
durante siglos, sobreviviendo con diferentes estrategias de
adaptación al medio sobre la base de la oferta
ambiental que les ofrece. Este territorio se caracteriza por
poseer una diversidad de riquezas biológicas,
genéticas y mineras, entre otras, con tres unidades
climáticas de acuerdo con la precipitación, la
temperatura, altura sobre el nivel del mar y el índice de
humedad que va de cálido perhúmedo, templado
perhúmedo, hasta el frío perhúmedo. Toda la
cuenca y en ella los territorios negros, indígenas y
mestizos, se encuentra dentro de una unidad genética
de relieve montañoso erosional que se halla en proceso de
degradación determinado por la fuerte incidencia de la
gravedad, la erosión
hídrica fluvial, pluvial, con alguna influencia
glaciárica hacia la parte Suroriental. Cerca de un 50% del
territorio se inserta dentro del modelo cultural y
económico Chocoano, mientras el 50% restante se identifica
con el modelo económico y cultural del centro del
País.

En la margen derecha de río San Juan predomina la
ocupación territorial de la Comunidad Negra e
Indígena Emberá-Chamí, en paisajes de
montañas y laderas con pendientes mayores del 50%, con
predominancia de economías tradicionales, con desarrollos
asimétricos a medida que el capitalismo penetra en las
esferas comunitarias. Existe una relación directa entre
unidad de paisaje y uso cultural, lo que a la vez tiene una
correspondencia directa con la forma de apropiación del
territorio; así por ejemplo, en lo que corresponde al
territorio indígena el uso agrícola de la tierra va
desde bosques, poli cultivos tradicionales, con plátano
primitivo, cacao, maíz,
chontaduro; monocultivos de caña panelera, café,
cacao, pastos; en lo que concierne a los territorios ocupados por
las Comunidades Negras, éstos van desde bosque a
policultivos tradicionales de chontaduro, plátano
primitivo, cacao, yuca y borojó; también pastos,
rastrojos hasta cultivos tecnificados. En relación con el
territorio ocupado por los mestizos se encuentra desde el bosque
severamente intervenido hasta monocultivos especialmente de
caña panelera.

Centrándonos en el aspecto histórico, las
comunidades afrosantacecilianas, no han sido ajenas a la
construcción histórica del Departamento de
Risaralda, participando en todos los aspectos y niveles de su
desarrollo, incluso desde que se fundó el antiguo
Departamento de Caldas, hasta la creación, en la
década del sesenta, del mismísimo Departamento de
Risaralda cuando asumió su autonomía en el proceso
de lo que se llamó el desmembramiento de la mariposa
verde.

Las comunidades afrorisaraldenses incursionaron y se
asentaron en la región, actualmente conocida como
Municipio de Pueblo Rico, desde la insurrección de mineros
en Tadó, en el año de 1728, llegando hasta
Jamarraya hoy cabecera municipal de Pueblo Rico. El primer pueblo
fundado fue San Juan, frente a lo que hoy es la finca La Loma en
tierras de la hacienda Bacorí. Posteriormente fue fundada
por los españoles quienes vinieron de Tadó, Condoto
y Lloró, persiguiendo a los esclavizados fugitivos que se
escaparon de las minas y se internaron en la zona.

A propósito de ello dice el militante del
Movimiento Afrocolombiano Cimarrón, Fabio Teolindo
Perea:

En 1728, los esclavos de Tadó consciente del
atropello por los esclavistas y doctrinarios, resuelven definir
su destino y poner punto final al oprobioso régimen
esclavista, es así que más de cuarenta esclavos al
frente de Barule, Antonio y Mateo Mina, realizan la más
grande insurrección conocida en el Chocó en la
época colonialista.

EI 18 de Febrero de 1728, los Cimarrones
Tadoceños equipados con lanzas, palos y machetes se
enfrentaron a los soldados dotados de arcabuces, cañones y
perros,
resultando la contienda favorable a los
españoles.

Los Cimarrones que continuaron su huída hacia las
cabeceras de los ríos lograron conformar pequeños
palenques conocidos como Carmelito, Guarato, Jamarraya, Santa
Rita y lograron tener una gran influencia en el dominio del
territorio de Apía y de la Virginia." (Perea Hinestroza,
p. 37, 38, 39, 40)

Las comunidades negras acamparon en el Carmelo,
Burubatá y Mumbú, pueblos después fundados
por españoles a medida que se iban conformando nuevos
asentamientos al interior de la región.

El pueblo de San Juan fue casi destruido por un derrumbe
que arrasó con la capilla y algunas casas. Este pueblo fue
fundado en 1854. Una vez destruido San Juan fue trasladado al
sitio llamado Agüita, al parecer con el nombre de
Gómez Fernández, en recuerdo de un capitán
que llevaba este apellido, nombre que luego se cambió por
El Paso y después por Agüita, el cual se conserva
hasta hoy.

En 1910 aproximadamente, según los informes de
los pobladores, se realizó el trazado de la banca o Camino
Nacional hacia el Chocó.

Con la apertura de la banca o camino hacia el
Chocó. Comenzó el auge de Santa Cecilia, que
contaba en ese entonces con telégrafo y una colonia con
hospital para reclusión de delincuentes.

El nombre de Santa Cecilia nació del Padre
Fermín Alandasabali quien el 22 de Noviembre de 1924,
pasaba con destino a España celebrando la última
misa en Cinto (hoy Santa Cecilia) y pidió dejar como
regalo el cambio de nombre del lugar, los vecinos aceptaron y
nació así el nombre de Santa Cecilia, Patrona de
los Músicos.

En 1927 se abrió el "Camino Nacional" por las
peñas de Santa Marta y se construyó el Puente de la
Unión sobre el río San Juan. La apertura de la
vía al Chocó estaba a cargo de los reclusos del
penal; se trataba de un camino estrecho y en mal estado, la
comunicación con el resto del País debía
hacerse en su mayoría a pie o en bestia. En aquel tiempo,
según información de la comunidad, las maderas se
talaban con hacha y serrucho para satisfacer las necesidades de
la familia, la construcción de viviendas, de utensilios,
etc. Existían muchos animales de monte
que se cazaban para la subsistencia. Después de empezada
la construcción de la vía al Departamento del
Chocó, llegaron personas mestizas del interior del
País a cazar por deporte con perros muy finos de
caza.

En la década de los ochenta llegó a la
región la motosierra y se empezaron a comercializar mucho
más las maderas y a ser más intensiva la
intervención del bosque en la región.

Hace más de 50 años llegó a la
región el Padre Salvador Cruz Santana, un misionero
español, con pinta de conquistador, con casco y a caballo,
el cual hizo historia en la vida y en la mentalidad de los
afrosantacecilianos. Bajo la impronta colonialista de su Patria y
las estrategias de dominación de la España
franquista encarnando la orden de la iglesia misionera de ir a
evangelizar, educar y civilizar en territorios de "salvajes"; y
con estos postulados orientó a las comunidades para que
asumieran creencias, actitudes y
comportamientos del mundo del blanco en detrimento de su
negritud. Les obligó a interiorizar como madre Patria a
España, a través de los símbolos, los colores, la religión
Católica, el escudo y el himno español; ejerciendo
a la vez un control cultural, económico, administrativo
del corregimiento, especialmente a través de la
educación y la evangelización.

La construcción de la planta física del
centro educativo del corregimiento, estuvo a cargo de la
Comunidad afrosantaceciliana, quien recibía, como pago
mercados suministrados por el prelado. Inicialmente el colegio
impartía enseñanza hasta el grado cuarto de
bachillerato, posteriormente, con la ayuda de la misma Comunidad,
que formaría docentes para
servir a la niñez y la juventud no sólo de todo el
Departamento sino del País. Obteniendo docentes y a
través de éste, el ascenso social de un conjunto de
familias afrosantacecilianas.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter